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G.G.G. 45 años

Testimonio

Paciente mujer que aparentemente tiene un problema grave de insomnio; sin embargo, al explorar su historia me doy cuenta que si bien sí tuvo un episodio de insomnio hace un par de años, desencadenado por situaciones muy específicas (muerte de su madre y enfermedad de su padre), ahora lo que la mantiene en el insomnio es un tema más mental que fisiológico, ya que por no haber podido dormir empezó a desarrollar un trastorno obsesivo fóbico que básicamente era la causa de su actual padecimiento. Las soluciones intentadas de los diversos especialistas con los que acudió (Psiquiatras y Médicos) se enfocaban en tratamiento farmacológico, dejando fuera el componente mental-emocional.

Mi tratamiento con ella inicia identificando claramente cuál es su “diagnóstico” y me doy cuenta que su síntoma tiene más componentes de un trastorno obsesivo. Cabe aclarar que la trampa mental, representada por dicho trastorno, no sólo es una de las más engañosas entre los diferentes trastornos conductuales y psíquicos, sino también se caracteriza por ser una de las más resistentes al cambio terapéutico (incluido el farmacológico).

Le apliqué protocolos específicos del Dr. Nardone y la Terapia Breve Estratégica para el tratamiento de los Trastornos Obsesivos Compulsivos con componentes Fóbicos.Su mejora fue dándose lentamente pero con pasos firmes. En las “recaídas” que llegó a presentar fue importante trabajar el miedo al miedo y, en la fase final, consolidamos sus resultados con gran éxito.

Resalto la importancia de hacer un verdadero diagnóstico diferencial entre un síntoma fisiológico y uno mental, he aquí la clave de mi éxito con ella, ya que a veces, por inexperiencia del psicoterapeuta, se pueden tratar este tipo de problemas partiendo de bases incorrectas.

Es impresionante ver que ninguno de los especialistas que visitó, tuvo la sensibilidad para realmente “conocer” a su paciente, observar sus formas de comportarse y darse cuenta que su sistema perceptivo reactivo era la gran trampa mental que desencadenaba la sintomatología.

Gracias G. por confiar en mí y no tirar la toalla aún en los peores momentos.

Mi nombre es G.G.G. tengo 45 años, soy casada, tengo dos hijos. Estudié la carrera de Ingeniería en Alimentos en la UNAM. Trabajo en unos Laboratorios como Químico Analista.
Cuando tenía 42 años mi mamá falleció y me deprimí mucho. Sentí que el mundo se me venía encima, aparte de extrañar mucho a mi mamá, al mes de que falleció nos enteramos que mi papá tenía cáncer de próstata con metástasis en hueso, mi esposo se enfermó y estuvo hospitalizado, mi hijo dejó la escuela y se juntó con su novia y sentía que no podía soportar todo lo que me estaba pasando. El hecho de pensar que otra vez iba a estar en los hospitales (deprimentes) pero ahora con mi papá, me hacía sentir muy desesperada y deprimida.
Al no estar mi mamá en casa yo tuve que tomar su lugar de llevar las riendas de la casa, de atender a mi papá, de lavarle, darle de comer a sus horas, de ver que todo en la casa marchara bien, de hacer todo el quehacer y la comida sola y aparte trabajar. No podía soportarlo, era demasiada responsabilidad para mi, me sentía desesperada y siempre estaba acelerada, todo lo tenía que hacer rápido para que me diera tiempo de todo.
Era tanta mi preocupación, aceleración que me desesperaba si no podía hacer las cosas rápido. A partir de eso empecé a tener problemas para dormir, me acostaba y no podía conciliar el sueño y me sentía muy angustiada, por eso era tanta mi desesperación por querer dormir y menos lo conseguía, me sentía muy deprimida, triste, preocupada. Fui al Psiquiatra para que me recetara medicamento para dormir, al principio sí me funcionaba pero al paso del tiempo me despertaba constantemente y ya no podía dormir, tenía que tomar más gotas y sentía que no descansaba nada. Después cambié de Doctor porque el primero ya no podía verme, estaba enfermo o ya no quería darme consulta, no lo sé, pero me fui a la Clínica del Sueño de la UNAM y me canalizaron con otro Psiquiatra y él me explicó por qué el medicamento (las gotas de clonazepan) ya no me hacía efecto y por qué no descansaba y me dio unas pastillas que no creaban adicción y me daban sueño. Al principio sí me funcionaban pero después de unos meses ya no sentía efecto, no sé por qué.
Antes de esto, el primer Psiquiatra me dio unas pastillas también para aumentar mis niveles de serotonina y me dijo que me las tenía que tomar un año para que funcionaran. Con este medicamento subí como 5 o 6 kilos de peso porque me daba ansiedad por estar comiendo, principalmente por las harinas.
Después en Internet encontré a un Psicólogo que me atendió como 5 sesiones con hipnoterapia y otras técnicas pero solo me funcionaban unos días y no muy bien, después ya no podía dormir otra vez.
El me canalizó con la Psicóloga Fabiola Martínez y ella me explicó que mi insomnio era causa de mis miedos, que era algo así como una fobia y me mandó técnicas para superar o quitarme esos miedos que tenía y al realizar mis tareas me di cuenta que tenía muchos, algunos sin sentido y exagerados pero el principal era el miedo a no dormir.
A partir de ahí comencé mi recuperación lentamente con sus altibajos pero a veces llegué a pensar que nunca se me iba a quitar. Pero cada vez me daba cuenta que sí podía dormir, que sólo era psicológico, que no tenía ningún impedimento físico para dormir.
Ahora ya duermo más, me acuerdo en mi cama y me empieza a dar sueño. siento mis párpados muy pesados y me quedo dormida rápidamente, me despierto en la noche pero vuelvo a dormirme.
Ya no tengo tantos miedos, ahora sé que si tomo café, chocolate, hago ejercicio por las tardes, eso no me afecta como antes lo pensaba.
Ahora estoy plenamente convencida de que sí duermo todas las noches y que a veces tendré un poco de problemas para hacerlo pero ya no me afecta porque sé que sólo es una mala racha y que podré dormir bien siempre.
Doy gracias a Dios por ayudarme a lograrlo y por poner a la Dra. Fabiola en mi camino.
Gracias.

G.G.G.
(45 años)
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